• un melón
  • 100 ml de nata
  • una pizca de sal
  • jamón ibérico
  • 50 mil de aceite de oliva
  • hojas de hierbabuena.

Cortamos el melón en cuñas, quitándole la piel y todas las pepitas que encontremos en nuestro camino. A continuación, lo troceamos en pequeñas partes, cuanto más pequeñas más fácil para la batidora. Mientras tanto, para ir aligerando ‘trabajo’, cortamos jamón ibérico en tiras y trocitos pequeños y finos. Lo vamos a deshidratar en el horno a unos 150º C hasta que estén duras y, por tanto, secas. Pero hay que vigilarlo bien, ya que corremos peligro de que acaben por quemarse y haya que repetir el trabajo.

Con el melón triturado, vamos a mezclar la nata y añadiremos un pellizco de sal. Todo va a ir a la nevera, para que se enfríe bien. Cuando ya esté a temperatura adecuada –eso ya depende del gusto de cada persona- lo sacamos para añadirle las virutas de jamón ibérico y el toque final, el aceite de hierbabuena. Este se hace sencillamente triturando la hierbabuena con el aceite. Queda genial. Se lo echaremos por encima a la sopa. La sopa de melón os encantará.